martes, 1 de julio de 2014

Siempre hay sitio para la esperanza

    Cada vez que todo está demasiado desordenado, escribo. Como para tener una idea de dónde estoy parado; para saber con qué debo tratar.
    Escribir no soluciona nada, por supuesto. Pero tampoco lo empeora. Tiene que. ser como una suerte de ritual inútil; necesariamente.
    Volví de Bariloche. La familia de Sasha es genial, todos me parecieron buenas personas, me dejaron muy contento. Pero Sasha no dejó de pensar en trabajar y en ganar dinero. Son las presiones de los padres... Es la presión de vivir.
     Luego de estar aquí unos días, la llamo; no contesta. La llamo; no contesta. Le escribo; no contesta...
     Me pongo a pensar y en mi mente escucho música. Escucho una frase incompleta: "...ya de amor te perdí". ¿Es SFDK? No, no es. ¿De quién es? Es de Falsalarma... No... ese tema no... ¿Por qué? ¿Por qué tenía que ser "qué bonito al principio"? Podía ser cualquiera, pero no... Se me vino a la mente el peor de todos los posibles.
      Leo un poco. El internet lo sabe todo. Es una frase de una película que está grabada en el tema; son algunos fragmentos de diálogos... Lo sé, tienen que serlo. Se llama "háblame de amor"; la película. Los nombres lo son todo. Todo está escrito en los nombres. Nuestra vida está escrita de antemano en nuestros nombres propios.
     El protagonista de la película se llama Sasha... Hay casualidades. Desde que escribo, hay muchas casualidades. Escribiendo me adueñé de mi vida, porque comencé a notar esas casualidades y empecé a ordenarlas. Y me di cuenta que las casualidades no lo son tanto y que estuvieron siempre... En mi nombre.
    La película no es para tanto. El audio español pasa muy rápido y no puedo escuchar ni la mitad de las conversaciones. Como con Sasha... La mitad de lo que hablamos, no lo escuchamos. ¿Y qué hay de bueno, y qué hay de malo en esto? Todas las parejas tienen que conocerse y generar su propio idioma.
     "¿Que si la quiero? Mejor no hablemos de esas cosas. Háblame de amor y dime... que ya de amor te perdí."
    Me dije a mí mismo cientos de veces que soy fuerte. Me dije que puedo resistir. Me convencí de que podía llevarme el mundo y los objetos y cada una de las personas por delante. Me dije cientos de veces que ya no iba a sufrir... Y me hice fuerte.
    "Todo lo que quieres, ya lo tienes, y eso cansa...". Me hice fuerte, eso es lo que quise. Y cada día quiero aún lo mismo; quiero ser fuerte. Y cada día lo tengo. La fortaleza es el placer de hacerse fuerte.
    Puedo tener cada día un poco más. Pero no puedo tenerlo todo. Quise lo que podía tener, y así me aseguré de ser feliz.
    Ella me riñó cada vez que hablé de dinero. Ella no quería que nos uniese el dinero. Y el dinero amenaza con separarnos. No es por mí; no es por ella. Es por ambos; por esos momentos en que estamos juntos y parece que toda la vida hubiese sido para que nos entendamos así.
    Y ya luego de eso, decime que de amor te perdí. Que te gané por el esfuerzo, por el compromiso. Que te gané porque a cada momento decido conscientemente perseguirte, estar a tu lado. Amor no. El amor es loco, es irresponsable; el amor es caprichoso. Amor no. El amor no es adulto.
    Amor no. El amor es como cerrar lo ojos, es como emborracharse. Cada vez que cierro los ojos, aparezco en un lugar que no sé; cada vez que me emborracho, pierdo algo. Ya no.
    No freno cuando me canso. Freno cada vez que termino; cuando cumplo mi meta, mi cometido. A mí tener no me cansa, porque lo que quiero no es todo. Nunca tengo todo lo que quiero, porque no lo quiero todo.
    Ahora hay dinero de por medio. Hay que pagar un alquiler. Hay que trabajar. Hay que ganar dinero. Hay que pagar cuentas.
    Yo no quiero todo. Quédense con el dinero. Yo quiero sólo a Sasha.
     "-Hablame de amor.
      -Vos y yo".

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