jueves, 4 de mayo de 2017

Busco una mujer

Chile, Santiago de Chile
Rey Cristian 3908, Providencia
3 de Mayo de 2.017 23:30 hs.

BUSCO UNA MUJER
Experimento literario


Me senté en una silla
Y tomé mis sienes con la mano
Y Lloré en silencio

Quiero hablar de lo que sucede cuando nuestro tiempo se nos escapa, de lo que hace nuestra mente, lo que pasa con nuestro cuerpo, con nuestro espíritu, nuestra vida… Ya no sé. Hablo de mí. No de ustedes.

Busco una mujer
Que me deslumbre
Por sus hechos
O su carácter o su inteligencia

Busco una mujer que me acompañe
Que me suma en nuevos sueños
Una que me traiga nuevos retos
Que me ayude a vencer

Será la que me ayude
A ser mejor

-Yo creía que de esto podía salir algo bueno. Tantos días pensando, maquinando… Guardando en mi interior todos estos textos. Que permanecen. Que se esfuman. Y no sé si quiero. Pero sé que no quiero escribirlos. Y luego surgen las personas. Ustedes, que quieren leerlos. ¿Quiénes son ustedes? Respóndanme. Escríbanme una carta. Un mensaje. Ustedes. Por ustedes hago esto. Llámenme. Díganme “escritor, queremos saber más”, “escritor, queremos escucharte”.

El que era yo se sentó en la silla
Amargamente
Soltó sus sentimientos
Y afloraron lágrimas

Yo quiero decirles lo siguiente que pensé mientras estaba en una plaza, la plaza Río de Janeiro, donde hay una estatuilla como esas que hay en la Isla de Pascua. Que andá a saber si la hicieron a imagen o semejanza… O se la robaron de la isla… Estos chilenos…
Miren, lo que pensé y quiero decirles, es que miren… Si tenemos para aprender de los niños. Los adultos estamos locos, muy locos, muy equivocados. Con nuestra ambición y nuestros deseos desbocados. Y nuestro fanatismo por el orden. Ustedes fíjense… Fíjense si los niños no saben… Que uno, a un niño, cuando quiere algo… Lo que sea… Póngale una comida, un postre, un juguete… Lo que sea… Usted entre en mi sintonía… Uno le quita eso… El niño se lo pide y uno no se lo da… El niño, en su impotencia, hace un berrinche… Grita, pelea, golpea, se revuelca, corre, grita más… Ya… Entonces pasa un rato. Y uno le da al niño eso que quería. Pero el niño no lo quiere más. Incluso lo niega. Lo patea. Lo aleja de sí. En última instancia lo destruye. Lo rompe. Lo golpea contra el piso. Lo arroja lejos… Y nosotros los adultos decimos “Es un capricho”… Y en realidad, el niño, sabe mejor lo que quiere que nosotros. Porque lo ve, está a su alcance, quiere conseguirlo… ¡Y lo quiere ahora! Si no se lo damos, el niño lo aborrece. Porque el niño… El niño… El niño sabe cuánto vale el tiempo y sabe (sí, sabe; sabe perfectamente), sabe cuándo es ahora.

Y las que se fueron ya no son
¿Qué será de ellas?
¿Qué será de mí?
Ya no sé
Ya no saben
He de olvidarlas ya
Como esta poesía que iba a escribir
Que ya no es
Esta poesía que se llamaba
Busco una mujer

Y entonces me rebelo. Contra mí mismo. Contra ustedes que me leen. ¿Qué iban a leer? ¿Qué es, qué será esto?

Rompí a llorar
Sentado en una silla
En la cocina
Pero en silencio

Y yo me pregunto, todo lo fuerte que quiero ser; todo lo grande que quiero ser; todo lo más, lo mejor, lo único, lo asimilable a Dios que quiero ser… Todo eso, ¿Dónde va a quedar? Porque la verdad estoy harto de hablar de ese tema del dinero. Estoy cansado de la plata. Pero de no tenerla, la verdad. –Miren, no los voy a escuchar más a ustedes, todos los secos que me dicen lo que no quiero escuchar acerca del dinero. ¡Lárguenme un billete y no me jodan más!-
Es que, la verdad, la comida que no me coma hoy… Voy a  llegar a los treinta años ya no me va a servir. Ya me voy a haber gastado el tiempo. Ya lo que no comí no lo voy a poder comer. Lo que no crecí no lo voy a poder crecer. Lo que no me hice fuerte… Lo que no pude levantar a esa mujer con una sola mano sobre mi cabeza… Sí, yo le quería demostrar a la mujer que me gustaba que era muy fuerte… Pero no era tanto… ¿Cómo la iba a defender?

Y encontrar que
Todo esto
Es como una espiral
Y voy a sostenerlo

Me caigo en picado sobre mí
Es un abismo
El que me encuentra
Y despertar

En este mundo
Para llegar tarde a la meta
Y descubrir
Que Dios me está mirando

Ahí fijo
Me está mirando
Y me dice:
Dejate llevar

Porque llegué tarde a la meta
Y fue la mar de las desilusiones
Y encontré

Que había vivido toda una vida
Toda mal
Y sólo me quedó morir
Y morí

Para descubrir
Que mi señor me ofrecía
Volver
A vivir
La misma vida
Exactamente igual
Otra vez

Matías Pablo Echevarría
2.017
En mi laptop Acer Aspire One

No hay comentarios.:

Publicar un comentario