viernes, 14 de marzo de 2014

Los protegidos del sistema educativo

Hay ciertas personas que nacen destinadas a conformar parte del sistema educativo. Esto pude sonar arbitrario para un crítico de este ensayo breve. Lo voy a reafirmar dos veces: Primero, es cierto por la experiencia de mi vida; segundo, porque tengo un punto que desarrollar al respecto.
El título de este escrito estaba hace meses pendiente de desarrollo en mi computadora, y ante el actual debate público con respecto a la educación, me parece el momento más correcto para desarrollarlo y que sea de trascendencia.
Mi visión es la siguiente: El sistema educativo es arbitrario en su totalidad. Es arbitrario desde el momento en que se establece inseparablemente unido a la matemática. Porque la matemática es una ciencia exacta, y por lo tanto, definitiva (definitoria). La matemática, del mismo modo que la calificación intrínseca al sistema educativo, se instaura bajo enunciados lógicos y premisas establecidas que son irrevocables. –Esto quiere decir, para quien desee una explicación argumentativa, que se limita a un “dos más dos es cuatro”-. No hay variación en el sistema matemático, ni mayor ni menor. Como sistema, no admite alteración alguna.
Bajo esta mirada, no me parece de más resaltar y comparar la prepotencia violenta y la agresión con la matemática, los sistemas, y el sistema educativo. Quiero decir con esto que la prepotencia violenta y la agresión son herramientas del ego para la satisfacción de los deseos y no admiten variación alguna en su procesión. Sí fallan en algunos casos, pero no por ello quiera decir que se orienten hacia el fallo dichas acciones, sino que por el contrario, lo hacen hacia el éxito y la consecución de las pulsiones invocadas.
Por ello, y por otros motivos que desarrollo en mi literatura (que no vienen a ser colacionados en este texto breve), tengo que volver a interpretar que las situaciones que envuelven a cada persona desde el momento de su nacimiento, desde que poseen padres y ellos una historia que se ha sucedido consecutivamente a través de las generaciones; desde que cada uno posee una identidad única e intransferible, es susceptible de ciertos hechos que pueden o no ser predichos o intuidos.
Bajo la lupa del sistema educativo, todo saber, conocimiento, disciplina, técnica, didáctica y demás fenómenos cognitivos, puede ser estudiado como un proceso, ser analizado, desglosado y caracterizado más o menos definitiva o definitoriamente.
Las casas de estudios y saberes organizados, con la universidad a la cabeza… La universidad que pretende nuclear lo existente bajo el concepto de universo; lo que es decir, una sola versión, un solo discurrir de la vida unida. Todo y nada, todo y nada unido en el universo. El caos y el orden explicados bajo la tutela de las palabras.
Como refiere Herman Hesse en “El juego de los abalorios”. La educación instituída se remonta a tiempos romanos –Aún más, digo yo, a tiempos Griegos, a tiempos Egipcios, tiempos Persas, Hebreos; y todos los tiempos en que ha existido algún sistema de escritura-, pero también según explica Harold Lamb (un admirable historiador) en historia de Ciro el Grande, hubo pueblos como el Aqueménida (una facción Persa o Meda) que poseían un cierto sistema de educación oral a pesar de su carencia de escritura. Entonces me arriesgaría a decir que es la educación intrínseca a los sistemas comunicativos. –Yo siempre intento expresar que la piedra basal que nos diferencia como seres constructores del resto del reino animal es nuestra avanzada capacidad comunicativa-.
En “El juego de los abalorios”, Hesse demuestra un sistema ancestral que se corresponde con el relatado en la serie de Harry Potter que popularizó la exitosa Joane Rowling. Para explicarlo brevemente, referiré que se trata de un sistema de educación “superior”, es decir de personajes selectos, los “electi” o “magi” de Hermann o los “magos” de Joane (también “Magister”, “Magister Ludus”, para Hesse). El mayor éxito de la escritora estadounidense se explica por la audiencia mayormente joven que ha acogido sus libros, por la disponibilidad de tiempo que su juventud les favorece y el carácter del texto que alimenta la más grande aspiración humana que es la del conocimiento y la ilusión del reconocimiento que puede generar una educación de elite –por supuesto que no todos los humanos del planeta conocerán a Harry Potter, como por ejemplo algunos trabajadores campesinos de China, por hacer una suposición-.
En la historia de Ciro el Grande de Lamb, se muestra a un hombre sorprendentemente superior por sus hechos y la historia de una gran porción de tierra que posicionamos en el centro del planisferio impreso. Luego, el escritor John Ronald Tolkien, ha hecho famosa la serie de “El señor de los anillos” que relata las batallas de las tierras medias, aunque también incluye su propia Teogonía a través de “El silmarillion”. Harold resalta lo fundamental de la educación de Ciro a través de una frase que resalta la importancia de los maestros, explicando que si una mentira se colase a través de sus palabras, los jóvenes la aceptarían por desconocimiento y ya luego a través de las generaciones se perdería la verdad bajo el yugo de la mentira.
Luego, también está el trabajo de Eoin Colfer en la serie de “Artemis Fowl”, o el de la escritora Santafesina Liliana Bodoc en “La saga de los confines”. Y también la “Trilogía del águila y el jaguar” de Isabel Allende. Todas estas obras muy exitosas en ventas y bajo la misma temática, que podríamos catalogar bajo la categoría de “realismo mágico”.
Entonces las obras que acabo de mencionar, reflejan mi afirmación acerca de la arbitrariedad del destino de los hombres, al menos con respecto a este asunto del sistema educativo.
Habiendo establecido la defensa de mi afirmación primera, voy a continuar explicando las facultades de estos “protegidos”.
Los protegidos se refugian bajo argumentos muchas veces vacíos, otras veces bajo las órdenes o las escalas jerárquicas. Los protegidos nacen y crecen protegidos. Tienen un velo de palabras que los cubre y los apaña.
Quiero decir, la mayor parte de la educación consiste en explicaciones dialécticas, relaciones significante-significado, adquisición de un determinado vocabulario específico y otras habilidades comunicativas.
Pues bien, voy a plantear el nudo de la cuestión aquí mismo: ¿Cómo es que los encargados de resguardar el sistema comunicativo, fallan tanto en comunicar sus intereses y necesidades que necesitan de medidas de fuerza para que se los respete? –Bueno, yo creo que es porque la corrupción institucional ha alcanzado a la más básica de las instituciones de nuestro país-.
Después de todo, el desacuerdo salarial se sucede entre profesionales. Profesionales de la Educación Pública y profesionales de la Política de Estado; ambos sectores pertenecen al Sistema de Gobierno establecido. Quien mejor podrá comprender esto es, especialmente, quien no forme parte del Sistema de Estado; es decir, aquellos que carecen de obra social, que trabajan “en negro”, que cobran sueldos bajo el mínimo establecido, los artistas mantenidos y demás agentes exiguos al mundo organizado.
¿Por qué? ¿Por qué ocurre esto? –Por la manera en que las personas involucradas han sido educadas, porque son crédulos del sistema-. Mientras que toda persona involucrada afirmará que el sistema organizado invoca a la productividad en masa, yo en cambio disertaré que se presenta improductivo desde que se hace adulación de la “selección natural” (el esquema que, coincidentemente, Darwin sintetizó en estas tierras australes). Nuevamente, encontramos en la teoría mencionada, la idea de estar destinado a formar parte del sistema. Es el argumento de peso con mejor adaptación a la manera de actuar que va adosada al cargo público –con todo el permiso de Darwin para resistir el cambio y no adaptarme al sistema en que fui educado (como me sugieren eventualmente)-. Es la intención de juzgar deliberadamente a las personas para sacar provecho personal de sus capacidades, que se instruye en un Leviatán que nos aplasta.
Los protegidos del sistema educativo han permanecido mayormente en él. Desde pequeños se los ha contenido con estudios y actividades intelectuales que no les lleven a incursionar en el mundo “de fuera”. Los han resguardado en ese pequeño mundo institucional donde las agresiones son mucho más violentas y el control más fuerte; la atracción del mundillo institucional es de una potencia neta. Con ello, dueños del poder y el discernimiento, tienen la facultad de resguardar sus instituciones de aquellos que provienen “de fuera”, porque ven en ellos un virus que se infiltra y debilita su estructura.
Entonces caen bajo un instinto animal, el instinto de supervivencia. Que es el mismo que activa la codicia del dinero.
El mismo odio y rencor que ellos ven como un virus indeseado, es en realidad la necesidad; que no es odio ni rencor, sino simplemente violencia. La misma violencia que ellos desatan en el mundo extra-institucional al desarrollar su sistema de selección natural que premia y castiga, aprueba y desaprueba. Porque en el mundo de fuera todos viven, más sucios o menos cómodos, más faltos de amor o con humildad. Es la violencia la urgencia que surge del hambre y del temor.
Es la misma selección educativa que surge de la valoración  matemática (es decir, cualitativa y cuantitativa) de los alumnos como potenciales productores lo que refrena la producción, aumenta el índice de desempleo, propicia el robo y el hurto, desactiva el consumo e infla los precios generando desconcierto general e inseguridad. Si no me falla la memoria –Y si lo hace, de todos modos puedo recurrir a la fuente, como ahora- en “Freakonomics”, un economista y un escritor ponen de manifiesto <<¿Qué tienen en común los luchadores de sumo y los profesores?>>. Citando textualmente: “There are three basic flavors of incentive: economic, social and moral.” –Choose yours-.  Mientras que hay exámenes y preparaciones para exámenes, hay quienes los redactan y quienes adoran  la competencia. Hay dinero de por medio. También hay esfuerzo, pero el dinero lo hace todo más ameno. Pensemos en Lance Armstrong: Nadie le ganó en la bicicleta; se drogó, pero no le ganó nadie. Que se haya drogado no quiere decir que no haya pedaleado mucho, muchísimo. Y no cualquiera podría pedalear tanto aunque se drogase. Pero tal vez él hubiese pedaleado por gusto y no se hubiese drogado si nadie lo hubiese impelido a ganarle a otras personas.
-No es que yo diga que haya que pasar hambre, al contrario. Sin embargo yo siempre trabajé y sigo trabajando por menos dinero del que necesito de verdad.

Entonces yo creo que debería ser objeto de reflexión la solemnidad. ¿Qué es verdaderamente solemne? ¿Lo es decidir no desempeñar la actividad comprometida? –A mí se me antoja que es de mayor provecho personal (y eso se extiende a muchos más) realizar actividad a pesar de las circunstancias. Aunque me apena y me desanima que haya quienes se opongan, ellos no pueden impedirme que resista esa oposición y tal vez en ello va la capacidad adaptativa que, para mí, se asemeja a mantener la posición pese a la oposición-.

1 comentario:

  1. Es verdad de la corrupcion crecio tanto que se metio en todis los rubros y ha contajiado al.sistema en.ir al reves y/o estafando al mundo de cualquier manera posible. Ese el el tema del por que ciertas cosas andan mal.

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